Tres Tristes Tigres
La felicidad está en torno a una mesa, somos obsesivos cuando de comer se trata; es sinónimo de orgullo nacional, en nuestra variopinta gastronomía, el pecado de la gula no lo es tanto, cuando compartimos un delicioso Arroz con Pato acompañado de Papa a La Huancaína. Solemos hacer combinaciones de las más extravagantes e impensables… Ceviche con Arroz, Frejoles con Seco y Cau Cau o el emblemático Siete Colores.
Antiguamente se comía en los cumpleaños, claro esta, eran otras épocas, hoy la costumbre esta regresando de a pocos; sobrevaloramos nuestro Lomo Saltado y lo autocalificamos como el mejor, sin embargo para conseguir uno realmente bueno, hace falta un muy buen fogón, brindamos con el mejor Pisco Sour, sin embargo no nos tomamos la molestia de preparar nuestro propio Jarabe de Goma, muchas veces por cosas de la practicidad cotidiana servimos en vajilla descartable… todo sabe mejor, si es servido con el menaje adecuado, copas de vidrio y en el mejor de los casos de cristal, platos de loza y cubiertos de acero, en la comodidad de una mesa y con la muy útil servilleta de tela. Vestir de mantel largo la mesa, no parece importar mucho hoy en día, sin embargo, alimentar es un gran acto de amor y debemos tomar en cuenta aquello, antes de invitar a una comida con la consabida tertulia ¡¡¡
Pensamos en comida, soñamos con comida, relacionamos nuestro cotidiano vivir con comida:
¿Cual es tu Cau Cau?
¡No te me pongas Salsa!
“Naranja Huando”
Que Palta, Causa ¡¡¡
Eso te pasa por Camarón…
“No seas Anticucho”
Sin embargo, a pesar de reconocerles el talento de nuestros cocineros, añadimos harto Ají a la mayoría de los platos, sin siquiera haberlos probado, como diciendo: “a esto le falta algo”, hiriendo sin querer la susceptibilidad de quien se esforzó con sus mejores artes y con su gusto y sazón.
¿Es realmente necesario el uso del ají?
¿Es realmente necesario, exacerbar nuestro sentido gustativo, para que un plato sea realmente bueno?
¿Es posible saborear y disfrutar sin el consabido picor?
CRISTOBAL RODRIGUEZ